Pensé que lo tenía todo hasta que él volvió.
Julian Caine, mi amigo de la infancia, era un chico bajo y flacucho de trece años con gruesos anteojos y una boca llena de frenillos la última vez que lo vi.
Catorce años después, ya no es un adolescente torpe.
Es todo un hombre.
Un. Hermoso. Asombroso. De muerte. Precioso. Hombre.
Esto es más que una atracción pasajera. He pasado demasiadas noches en vela obsesionada con él mientras mi prometido duerme a mi lado.
Entonces Julian me hace una propuesta que no puedo ignorar.
Una noche.
Es todo lo que me ofrece.
Si digo que sí, ¿lo tendré por fin todo?
¿O será el preludio de un desastre?
La angustia es mi único recuerdo.
La mañana después de la noche más inolvidable de mi vida, me despierto sin el hombre y con una nota.
Con la cabeza bien alta, estoy decidida a seguir adelante sin los dos hombres que me rompieron el corazón.
Mi antiguo prometido, que me dejó marchar fácilmente sin siquiera mirarme.
Y el tambaleante y guapísimo inglés que me hizo gritar palabras incoherentes...
Toda. La. Noche.
Cuando unas trágicas circunstancias acercan a Julian más que nunca, llega con una pasión inquebrantable una nueva proposición... pero no del tipo tradicional, sino del tipo sin ataduras.
Las tensiones aumentan.
Se revelan verdades que cambian la vida.
Se exploran nuevas aventuras sexuales.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿seremos algo más que este interludio?
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