Se supone que no debo enamorarme de mi esposo. No es parte de mi plan.
Perdóname.
Esa fue la primera palabra que Santos Augustine me dijo antes de sellar un juramento inquebrantable. Un contrato firmado con sangre que me unía a él como pago por los pecados de mi padre.
Con la máscara de la legitimidad, esta poderosa familia criminal ha regresado a Avarice para castigar a quienes los ha perjudicado y tomar lo que siempre se les ha negado, un lugar entre la élite.
Obligada a casarme con mi enemigo, me veo sumergida en su mundo de secretos y traiciones.
Mi esposo es un hombre peligroso. Y tiene enemigos peligrosos. Pero es cuando me atacan que su furia se desata.
Es entonces cuando veo lo que significa pertenecer a Santos Augustine.
Y aunque sé que el lugar más seguro para mí es su cama, no puedo permitirme enamorarme de mi esposo.
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