NADA DICE MÁS “BIENVENIDA A CASA” QUE UN VAQUERO IRRESISTIBLEMENTE CALIENTE INVITÁNDOSE A ENTRAR EN TU DUCHA.
Debería haberlo echado en cuanto entró. Es el mejor amigo de mi hermano y vamos a vivir en un rancho en la misma habitación durante las próximas tres semanas. Un desastre a punto de ocurrir.
Está empeñado en mantener sus muros en alto. Y yo soy una bola de estrés, recién salida de la facultad de medicina, decidida a centrarme en mi carrera y en cuidar de mi familia.
A pesar de la larga lista de razones por las que es una idea terrible, nos lanzamos al ardiente anillo de fuego que es ser amigos con derecho a roce en secreto.
Siempre que no haya ataduras, sentimientos ni besos, por supuesto.
Justo cuando creo que Gage será un recuerdo lejano una vez que me haya ido para siempre, mi corazón empieza a dirigir el espectáculo.
Las reglas se rompen y las líneas se difuminan.
Ahora desearía que el único gran secreto que ha estado guardando fuera yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario