Querido Horrible Jefe Gruñón,
Apestas como abogado. Ni siquiera sé cómo pasaste a la firma. O cómo duermes por la noche aceptando clientes como Jack Whittington.
Por si no lo sabías, no puedes despedirme sólo porque tenga un trabajo a tiempo parcial trabajando en despedidas de soltero. Lo que haga el fin de semana no es asunto tuyo y no forma parte de mi contrato de trabajo. Si quiero volver a ponerme bikinis de coco y salir de tartas, puedo hacerlo.
En cuanto tenga mi gran oportunidad como actriz, dejaré de trabajar para ustedes. Estoy literalmente contando los días. Debes estar soñando si piensas que voy a estar trabajando de 6 de la mañana a 9 de la noche durante el próximo mes sólo para que no me denuncies a Recursos Humanos. Adelante, denúnciame.
A ver si me importa Sr. aspirante a abogado playboy. No estás tan bueno y no te quiero.
Además, deja de enviarme correos por la noche con listas de tareas pendientes.
Tu asistente no muy bien pagada,
Lila Haversham
Lila,
Espero que puedas contar hasta el infinito porque esos son los días que vas a trabajar para mí. Si tu actuación es tan buena como tu baile, no vas a lograrlo pronto.
Cinco consejos: No dejes tu trabajo.
Tu jefe muy bien pagado y guapo,
Max Spector
P.D. Te han regalado un teléfono nuevo para que podamos comunicarnos por SMS en vez de por correo electrónico. O, si lo prefieres, podemos comunicarnos desde mi cama. Prefiero no volver a bautizar ese colchón hinchable.
P.P.D. Creo que tus acciones en la ducha del gimnasio cuentan otra historia sobre lo mucho que me quieres o no... ¿te importaría volver a soltar el jabón?
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