Me pagan por tener al bebé de un oso cambiaformas.
Resulta que es mi mejor amigo de la infancia, del que estuve enamorada durante la mitad de mi vida y al que no he visto en años.
Si no estuviera tan desesperada por el dinero, no habría recurrido a él.
Pero lo estoy, así que firmo el contrato de apareamiento y acepto que el gran idiota sexy me embarace.
Si todo va según lo previsto, estaré embarazada en un mes y podré pagar todas las facturas de mi papá en un año.
Pero no sale según lo planeado.
Porque él sigue llamándome suya.
Y negándose a irse.
Y alimentándome.
No puedo permitirme volver a enamorarme de él… pero no tengo ni idea de cómo detenerlo.
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