Como padre soltero divorciado, vivo conforme a tres reglas fundamentales:
1. Asegurarme a diario de que mi hija, Paisley, sepa que es mi prioridad absoluta en la vida. Esto es innegociable .
2. Limitar al máximo el contacto con la infiel de mi ex mujer.
3. Convertir las Bodegas Maxwell en un legado sólido que garantice a Paisley una vida estable.
Sin embargo, al contratar a Lexi para cuidar de mi hija, me doy cuenta de la necesidad de añadir una nueva regla: no intentar seducir a la niñera de Paisley .
Pero incluso si hubiera establecido esa regla, habría sido en vano: la voy a incumplir de todos modos.
Como portero estrella de la liga de hockey sobre hielo, vivo conforme a tres sencillos principios:
1. Mantener una imagen impecable.
2. Esforzarme al máximo en el hielo.
3. No irritar a los jefes... demasiado.
Lo estaba petando hasta que un percance dañó mi imagen. Ahora, la directiva me exige que recupere mi reputación entrenando a un grupo de chavales. Y vaya si me estoy encariñando con esos increíbles mocosos, así como con la coordinadora del programa, Kendra.
Estoy decidido a demostrar mi valía, pero la atracción que siento por Kendra me pilla totalmente por sorpresa. Ella mantiene la guardia alta, pero a mí me gustan los retos.
Las instrucciones de la junta directiva son claras: Debo mantenerme alejado de Kendra.
Pero hay una razón por la que soy el mejor. Nunca permito que nadie se interponga en mi camino.
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