Comenzó con un incendio forestal. A partir de ahí, las cosas fueron de mal en peor.
Cuando el bombero Rory pone los ojos en la inspectora de incendios Edith, sabe al instante que ella es la única. Su compañera predestinada.
Ahora sólo tiene que protegerla de:
Un furioso incendio forestal (en realidad, ella ya tiene eso cubierto, gracias)
El monstruo invisible que lanza rayos y que lo inició (¿el qué?)
Conejos asesinos (ni siquiera preguntes)
Los pésimos intentos de emparejamiento de su tripulación de cambiaformas inadaptadas (no sólo este tipo es ardiente, su perro también es adorable. Y... ¿extrañamente inteligente?)
Su propia necesidad animal de reclamarla. Ya. (si sólo pudiera mirarlo a los ojos).
Lo bueno es que, como un poderoso cambiaformas de grifo alfa, puede manejar cualquier cosa... ¿no?
Sólo hay un problema.
Lo último que quiere -o necesita- esta mujer autista es que la protejan...
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