Desde el momento en que vi que las sombras cobraban vida, supe que mi mundo nunca volvería a ser el mismo.
Ayer era una adolescente sirviendo mesas en Manhattan, y hoy los monstruos existen y puedo verlos.
De la noche a la mañana soy arrojada al Reino de los Vigilantes, una sociedad de ángeles terrestres dividida en dos facciones: Las Sombras, cuya poderosa magia oscura les es otorgada por los ángeles caídos, y Los Lumens, cuyas habilidades les son otorgadas por los arcángeles de Avalon.
Están en lados opuestos de una guerra brutal, y solo tengo unos días para elegir de qué lado quiero unirme. Estoy lista para elegir cuando las Sombras fuerzan mi mano al maldecir a alguien que amo.
La única esperanza que tengo de salvarlos descansa sobre los anchos hombros de la Sombra más espinosa del mundo, Gage Alston. Es frío, arrogante y posiblemente el tipo más atractivo que he visto en mi vida.
¿Confío en él? No.
¿Lo necesito? Sí.
¿Quiero besarlo? Quizás.
Quizás elegiré la oscuridad después de todo.
Él se ha ido, y lo peor es que no sé si está vivo o muerto.
Me ocupé de la maldición. Elegí mi lado. La pesadilla infernal en la que me desperté cuando descubrí que era una Vigilante debería haber terminado, pero no es así. Han pasado semanas sin señales de Gage y parece que no puedo seguir adelante, pero se está gestando una guerra y revolcarse ya no es una opción. Con el gobernante del Inframundo detrás de mí, mi nueva misión no solo afecta a un reino, sino a todos.
Salvar a mi mamá.
Salvar las almas.
Salvar el mundo.
Sin presión.
No pensé que habría más sorpresas, pero me equivoqué.
Mi misión no ha cambiado, derrotar a Apollyon y liberar las almas atrapadas en el Inframundo, pero todo se volvió mucho más complicado. Tengo una hermana, mi novio es un cambiaformas controlado por mi enemigo, y ahora no es solo mi vida la que está en peligro, sino también mi alma.
A medida que el gobernante del Inframundo reúne un ejército, mi lista de tareas pendientes se vuelve más extraña cada día.
Entra sigilosamente en Ciudad Sombra.
Conseguirle alas a mi novio.
Encuentra un reino perdido.
Pero incluso si logro lograr todo eso, queda una pregunta candente. ¿Cómo derroto a un enemigo que no puedo matar sin morir?
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