Voy a casarme. Debería ser un momento de alegría, pero todo lo que siento es pavor mientras camino por el pasillo hacia un hombre que sólo me quiere por mis lazos familiares. Pero mi camino se interrumpe cuando Mateo Milani entra en la catedral, asesina a mi novio y me toma para sí.
Mateo es frío, violento y vicioso más allá de todo lo que he experimentado. Un diablo con una cara hermosa y ojos que persiguen mis sueños y momentos de vigilia. No hay forma de escapar de sus garras, y aunque pudiera huir, Mateo me encontraría y me arrastraría de vuelta al infierno. Quiere poseerme, robarme trozos de alma con sus palabras crueles y sus caricias ardientes.
Sus motivos son siniestros, sus métodos calculados. Lo odio como nunca he odiado a nadie en mi vida.
Pero la parte de esta pesadilla que más me asusta es la forma en que me hace olvidar mi odio, la forma en que ordena mi placer y la forma en que lo anhelo cuando debería quererlo muerto.
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