Ninguna matanza indiscriminada. Sin daños colaterales. Nada de objetivos imprevistos.
Estas son las reglas por las que vive Hawes Madigan. Reglas que hacen soportable ser el Príncipe de los Asesinos de la Ciudad de la Niebla. Pronto será el rey de una organización de asesinos y la corona nunca le ha parecido más pesada. Hasta que el misterioso Dante Perry irrumpe en su vida.
Dante parece un dios del rock y también se comporta como tal, con los pies sueltos y una confianza despreocupada. También lleva un arma oculta, una licencia de investigador privado y un mensaje para el príncipe. Alguien dentro de la organización de Hawes quiere matar al futuro rey.
En el caos que sigue a la oportuna advertencia, Hawes llega a depender de Dante. De sus habilidades como investigador, de la firmeza que le ofrece y de los momentos a solas en los que Hawes deja que Dante tome el control. A medida que se ponen a prueba las alianzas y se exponen los traidores, Hawes necesita a Dante a su espalda y en su cama. Pero si el investigador privado llega a conocer el secreto más oscuro de Hawes, éste recibirá un cuchillo en el corazón y una bala en el cerebro.
Nunca te enamores de un objetivo. Misión fallida.
Christopher Perri... también conocido como Dante Perry... se infiltró en la organización Madigan con un objetivo: vengar a su compañera asesinada. Enamorarse del asesino principal no formaba parte del plan, pero Hawes Madigan no es el frío e intocable Príncipe de los Asesinos que Chris esperaba. Todo lo que rodea al recién coronado rey es excitante, y cada centímetro de él es eminentemente tocable... y está fuera de los límites una vez que se descubre la tapadera de Chris.
La exposición no podría llegar en peor momento. El trono de Hawes está amenazado, y Chris sospecha que la misma persona que mató a su compañera está detrás del golpe. Trabajar con Hawes les beneficia a ambos, pero el jefe de Chris tiene otras ideas. Desmantelar organizaciones criminales es lo que mejor sabe hacer Chris, y su jefe espera que el Asesino de Reyes cumpla su cometido.
Pero Hawes está llevando a los Madigan en una nueva dirección, una que Chris puede apoyar, y los dos hombres forman una alianza inestable fortalecida por la irresistible atracción entre ellos... hasta que Chris se entera de quién mató a su compañera. Una vez que conoce la verdad, el Asesino de Reyes se desata, y Chris no se detendrá ante nada para destruir a los que lo traicionaron, incluido el rey que le robó el corazón.
Los legados están hechos para ser reescritos.
El asesino Hawes Madigan quiere hacer lo correcto: su familia, su organización, su ciudad y el hombre del que se está enamorando, el agente de la ATF Christopher Perri. Pero sus reglas están siendo desafiadas por alguien dispuesto a matar por las viejas costumbres. Para salvar su alma y su imperio, debe tomar una decisión imposible: luchar desde fuera o dar su brazo a torcer para recuperar su trono desde dentro.
Chris está acostumbrado a ser el hombre de dentro, el que está encubierto. Ahora, está en el exterior reuniendo fuerzas para apoyar al hombre y a la banda de asesinos que debía eliminar. Su misión cambió cuando encontró algo que le ha faltado durante diez largos años: un hogar, con Hawes.
Mientras Hawes y Chris hacen una peligrosa jugada por el control, las líneas entre aliados y traidores se desdibujan. Confiar en la persona equivocada podría destruir el legado que Hawes prevé para los Madigan. Pero no confiar en nadie, o en el otro, podría significar que se apaguen las luces de su amor y de sus vidas para siempre.
¡El Rey y el Asesino de Reyes luchan juntos en esta emocionante conclusión de la Trilogía de la Ciudad de la Niebla!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario