Cuando mi novio me propuso una acampada romántica, me apunté.
Entonces me enteré de que me había arrastrado al bosque para hablarme del acuerdo de amigos con derecho a roce que tenía con Bigfoot. Y que quería que yo... participara.
Debería haberme ido en el acto. Pero no lo hice.
Tenía curiosidad. Y Bigfoot es extrañamente sexy. Así que fui por ello. Lo que pasa en el bosque, se queda en el bosque, ¿verdad?
Error.
Resulta que lo que tenía que quedarse en el bosque era yo. Porque mi ex me abandonó casi al mismo tiempo que me di cuenta de que estaba embarazada. Entonces aprendí que la única manera de sobrevivir llevando el bebé de Bigfoot es tener infusiones regulares de su, um, «leche especial».
Así que me quedaré en el bosque mágico para proteger a mi bebé y a su sorprendentemente dulce y sobrenatural papá. Por el momento.
Pero después de que nazca el niño, tendré que tomar grandes decisiones...
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