¿Y si el País de Nunca Jamás existiera?
¿Y si Peter Pan no fuera un niño con mallas?
¿Y si, en vez de eso, es un demonio tan poderoso que comanda el Ejército del Infierno?
Rowan Teivel es el último hombre por el que debería sentir algo. Es arrogante, dominante y despierta algo peligrosamente depravado dentro de mí. También es el alma más oscura y perversa que he encontrado.
Debería haber hecho caso de las advertencias que me dieron. Pero en el momento en que dejé que me atrajera al País de Nunca Jamás, fui suya.
Una probada de la bestia primitiva y antigua y quería que me destruyera, corrompiera y profanara de la forma más oscura y sensual.
Si dejaba que Rowan tuviera el control absoluto de mi placer, ¿sería malo? Sólo quiere poseer mi alma, o eso creía yo.
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