Cuando Kate Watts abandonó su carrera de derecho para abrir un comedor comunitario en el noreste de Minneapolis, nunca se imaginó que sería tan difícil. Enfrentándose a la desgarradora perspectiva de tener que darle la espalda a toda ese gente hambrienta, se siente muy agradecida por las donaciones anónimas que empiezan a llegar al final de cada mes. Decidida a identificar y agradecerle a su benefactor secreto, idea un plan y atrapa a Ian, un carismático hacker con un complejo de Robin Hood, en el acto.
Ian intriga a Kate de una manera en que ningún hombre lo ha hecho antes. Pero después de descubrir que ha estado husmeado en su ordenador personal, exige una retribución. Impresionado con su tolerancia y cautivado por su espíritu, Ian obedece y empieza a abrirse paso lentamente a través de sus defensas. El tiempo que pasa con él nunca es aburrido, y pronto Kate se encuentra enamorándose del misterioso hacker.
Pero Ian tiene enemigos y están cada vez más inquietos. En el mundo de la piratería aprovecharse de la debilidad de su objetivo es primordial, y ningún precio es demasiado alto como para detener un ataque. Y cuando Kate aprende lo mucho que Ian ha pagado, descubrirá lo fuerte que es su amor por el hombre que ha hackeado su corazón.
Su historia de amor comenzó en Heart-Shaped Hack. Únete a Kate e Ian para la emocionante conclusión en White-Hot Hack.
Cuando los ciberdelincuentes descubrieron al hacker encubierto Ian Bradshaw y lo forzaron a huir, este le rogó a Kate Watts que lo perdonara y juró nunca lastimar otra vez. También la convenció de casarse con él, y cuando su verano idílico en la isla de Roanoke llega a su fin, los recién casados se trasladan a su nuevo hogar al corazón de la región vinícola y ecuestre de Virginia.
Ian sigue luchando con los límites, pero mantiene el cajón de lencería de Kate lleno de sorpresas, y no hay escasez de besos número seis. Incluso hay un veloz auto nuevo para reemplazar su querido Shelby.
Ian le prometió a Kate que la vida con él nunca sería aburrida, pero pasar sus días escogiendo colores de pintura e ir a Pilates no va hacer daño. Mientras tanto, Ian descubre que construir una empresa de seguridad de sombrero blanco desde cero parece más difícil la segunda vez, y que podría haber subestimado lo mucho que ha extrañado el trabajo encubierto del que se alejó.
Para empeorar las cosas, los hacktivistas están amenazando la seguridad nacional, y las fuerzas especiales realmente podrían necesitar la ayuda de Ian.
A Kate e Ian siempre les han preocupado que su pasado les alcanzara, y cuando se enfrentan al momento decisivo más grande de sus vidas, deben sacar provecho a eso en lo que más sobresalen: el trabajo en equipo. Ian afirma que nadie es mejor hacker que él, pero para triunfar, tendrá que probarlo. Y si no puede, corre el riesgo de perder a la mujer cuyo corazón se esforzó tanto en hackear.
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