Ya nada me sorprende. Al menos nada lo hizo... Hasta que cayó en mis brazos. Fiona es joven, hermosa y una superestrella.
Mi trabajo es protegerla de sus fanáticos locos y de un acosador particularmente peligroso. No es mi trabajo ver cada pequeño movimiento que hace, para colgarme en sus palabras, y de imaginar lo que sería tener una probada de ella.
Me digo a mí mismo que debo mantener la distancia y estar alerta. Vale la pena cuando le salvó la vida. Pero también me despierta el hecho de que ella no está segura en el escenario de Las Vegas.
Así que aprovecho la oportunidad de tomarla para mí... Por su seguridad, por supuesto.
La llevo a casa, al viñedo donde crecí. El problema es que el hogar tiene sus propias sombras, unas que he intentado dejar atrás. Pero me ocuparé de ellas si eso significa que Fiona está a salvo.
Pero su acosador no se rendirá, no hasta que ella sea suya o muera. No dejaré que eso suceda, y haré cualquier cosa para proteger a Fiona, sin importar el costo.
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