Tengo una gran polla y una cuenta bancaria aún más grande. Ahí es donde prácticamente termina mi biografía. Honestamente, no necesito decir nada más. He convencido al 99% de las mujeres de venir a casa conmigo.
¿Sueno como un imbécil para ti?
Es porque lo soy.
¿Y adivina qué? Me funciona muy bien.
O, al menos, lo hacía.
Hasta que la conocí.
Los libros hablan sobre chispas volando. Que se joda esa mierda. Con ella, fue como bengalas de emergencia mezcladas con combustible de avión. O tal vez, simplemente puro explosivo.
Sólo hay un problema.
No dejó su nombre o número cuando desapareció de la habitación de hotel después de la más ardiente puta noche de mi vida. Ahora he tenido una probada de coño de unicornio —el más dulce y raro de todos los coños— y lo necesito de nuevo.
Así que, ¿qué hace un imbécil?
Llevé este problema a la calle. Una conexión perdida se volvió viral.
¿Y cuando la encuentre? Voy a quedarme con ella.
Lo hice. Me casé con un multimillonario.
Las razones son mías, pero lo último que esperaba era sentirme poseída.
Puedo haber tomado los votos, pero todavía estoy decidida a ser yo.
Ahora sus reglas están tomando el control de mi mundo, pero no soy el tipo de chica que solo obedezca.
Solo hay un problema: podría estar enamorándome de él...
No tengo ni idea de cómo va a ir este matrimonio, pero aferrándome a un pedazo de mí misma sucumbiendo a sus sucios placeres parece que será el viaje de toda una vida.
Mi esposa.
Me encanta decir esas palabras.
Ella es mía, y si piensa que voy a dejarla correr sin encontrarla y traerla de vuelta a donde pertenece -conmigo-, entonces está a punto de ser introducida a una nueva realidad.
Porque lucharé sucio para darle la felicidad que se merece.
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