Maya
Noah Slade es una leyenda de la Fórmula 1 en ciernes.
Centrado. Inaccesible. Implacable dentro y fuera de la pista.
Un hombre con paredes más altas que el Gran Cañón.
Y el nuevo compañero de equipo de mi hermano.
Quiero más del príncipe que se disfraza de villano.
¿Mi único problema? Se considera fuera de los límites.
Noah
Maya Alatorre es una tentación prohibida.
Una ambiciosa posgraduada de la que debería alejarme.
Y el caos envuelto con un lazo.
Somos una bomba de relojería que está a un paso de explotar.
Quiero tropezar con el cable, detonar juntos en pasión y dolor.
Porque al final, todo vale en la lujuria y la guerra.
Sophie
Liam es el chico de oro de la Fórmula 1.
Pero no es más que un fraude.
Encantador. Tortuoso. Seductor.
Y alguien que promete cumplir con todos mis elementos traviesos de la lista de deseos.
Lo obligo a estar detrás de las líneas seguras de la zona de amigos.
En lugar de aceptar nuestra amistad, hace un trato.
Una temporada. Una lista. Un sucio secreto.
Liam
Sophie es mi mayor fantasía hecha realidad.
Y una gran amenaza para la renovación de mi contrato.
Ella es parte del equipo rival y alguien a quien debo resistir a toda costa.
Todos están en contra de nuestra amistad.
Mi jefe. Su padre. Yo.
Sin embargo, estoy cautivado por ella y la lista traviesa que creó.
Al diablo lo platónico, quiero lo catastrófico.
Jax
Pastillas. Alcohol. Adrenalina.
Soy adicto a las decisiones destructivas que adormecen mi dolor.
Hasta que una noche cometo un error catastrófico.
Para reparar mi reputación rota, mi equipo contrata a Elena.
Una niñera sobre pagada dispuesta a arruinar mis planes.
Ella es mi condena disfrazada de salvación.
Y mi nueva adicción.
Elena
Le rogué al universo que me salvara de mi desastre financiero.
Respondió a mi llamada con un equipo de Fórmula 1 desesperado por un milagro en las relaciones públicas.
Una temporada. Un trabajo.
Un corredor británico malhumorado.
Excepto que Jax convierte nuestra habitación de hotel en un campo de batalla.
Para vencer al enemigo, necesito encontrar sus puntos débiles.
Lo que descubro amenaza con arruinar todo.
A él. A mí. A nosotros.
El amor es una zona de guerra, y ninguno de los dos piensa rendirse.
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