martes, 14 de febrero de 2023

Serie Kensley Panthers - Nicole Dykes


Kingston Wells
Me gusta la fiesta. Pasar un buen rato.
La vida es demasiado corta para no hacerlo. Lo aprendí cuando perdí a mi abuelo.
Me dijo que me divirtiera mientras pudiera, y eso pretendo.
Aunque a veces, cuando te lo pasas bien, te olvidas de que los demás pueden verte como un irresponsable. Y a veces metes la pata.
Definitivamente he metido la pata una o dos veces.
Pero sigo decidido a divertirme. Y en el camino, espero convencer a mi mejor amigo, Camden, de que haga lo mismo.
Él es demasiado serio. Demasiado centrado. Demasiado ocupado cuidando de todos como para relajarse.
Y ahí es donde entro yo.

Camden Prescott
Puede que sólo tenga dieciocho años y esté en el último curso, pero tengo demasiadas cosas que hacer para ser un niño.
Demasiada gente depende de mí, pero puedo manejarlo.
Tengo que hacerlo. Mi madre necesita mi ayuda. Mi hermana pequeña me necesita.
Y Kingston, mi mejor amigo en el mundo, sí, definitivamente me necesita. Porque mientras él está ocupado divirtiéndose, yo estoy ocupado limpiando sus líos junto con los de los demás.
Pero no todo es malo. Él está ahí para asegurarse de que yo me divierta de vez en cuando, y yo estoy ahí para él cuando necesita tomarse la vida en serio.
Porque eso es lo que soy...
El guardián.


Jameson Bates


Tengo un secreto. Todos tenemos secretos. No soy nada especial.
Pero da la casualidad de que mi enemigo acérrimo también conoce mi secreto.
Es la peor persona para saberlo, y no puedo hacer nada al respecto.
Lo que haga con esta información está totalmente fuera de mis manos y completamente en las suyas.
Por eso nunca he dejado entrar a nadie. No confío fácilmente. Soy reservado.
Soy cerrado. Enojado.
Reservado.
Garrison Dixon

No debería haber visto lo que hice.
No debería saber lo que sé.
Pero cómo Bates puede pensar que alguna vez diría algo está más allá de mí.
Todos piensan que sólo soy un jugador de fútbol grande y tonto sin nada más.
La verdad es que nunca diré una palabra sobre lo que presencié. No me impórtalo lo que él crea. No le haría daño.
Y se lo haría saber -todo- si no fuera tan malditamente...
Reservado.

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