Hay tres reglas para que puedas sobrevivir a los Fae, y estoy a punto de romper cada una.
Regla nº 1: Nunca cruces a Faerie.
Cuando me persiguen a través de la frontera encantada y me atrapa su siniestro gobernante del cielo, el bello embaucador de lengua inteligente me ofrece un trato.
Regla nº 2: Nunca negocies con un Fae.
Pero no tengo elección. Durante trece días, tengo que sobrevivir en un laberinto montañoso lleno de puentes torcidos, escaleras engañosas y habitantes astutos. Si me niego, mis hermanas sufrirán como castigo.
Regla nº 3: Nunca caigas ante el enemigo.
Debería haber sabido que mi sexy captor no jugaría limpio. Cuanto más me sumerjo en este peligroso mundo de los Fae Solitarios, más me enredo en la seductora red de deseo de su gobernante, y en las tentaciones prohibidas que él ofrece.
El precio de perder este malvado juego es todo lo que amo. Pero ganar podría costarme el corazón.
En el momento en que entro a faerie, me convierto en suya.
Todo el mundo conoce a las hadas del bosque: hermosas, pecadoras y mortales. Cuando entro en su mundo mágico, necesito algo más que mi lengua afilada para sobrevivir. Especialmente contra el gobernante del bosque.
Puck es un pícaro que habla con suavidad y tiene una sonrisa cruel que me hace arder en más de un sentido. Y como a todos los bastardos Faes le gusta jugar con sus prisioneros, me da dos opciones: cazar o ser cazada.
Ahora estoy atrapada en un peligroso juego del escondite, perdida en este reino oscuro y seductor donde los Faeries blanden espadas y susurran lujuriosas tentaciones desde las sombras.
Él es el depredador. Yo soy la presa.
Pero no me voy a someter sin luchar. Me niego a ser el juguete de Puck. Si mi enemigo quiere cazarme, lo cazaré de vuelta y lo venceré en su propio juego traicionero.
Sin embargo, no puedo resistirme al deseo perverso de sus ojos, ni a su tacto acalorado y a sus besos tortuosos. Y si no tengo cuidado, me aplastará el alma.
Un monstruo me tiene prisionera en la tierra de Faerie.
Lo llaman el señor de los Fae del agua. Yo lo llamo una víbora.
Los cuentos dicen que Elixir es venenoso y tan hermoso como brutal. Dicen que es un alma maldita que usa magia oscura y pecaminosa.
Como castigo por haberme tropezado con su peligroso mundo, el soberano del río me ha confinado en un reino subterráneo de criaturas serpentinas y canales secretos.
La llave para escapar la tiene mi fatal enemigo. Para conseguir mi libertad, tendré que jugar a sus perversos juegos mentales y descubrir su mayor debilidad.
Es un riesgo que debo correr. Aunque signifique quedarme atrapada a solas con mi malvado captor Fae. E incluso si eso significa luchar contra el calor prohibido que se enciende entre nosotros.
Porque si no salgo con vida, su toque sensual podría dar el golpe mortal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario