Por fin me van bien las cosas: Un nuevo trabajo, una nueva ciudad y una nueva vida sin el molesto ojo vigilante de mi hermano mayor.
Hasta que Denny me llama insistiendo en que me reúna con su mejor amigo. Obviamente, quiere que Alec me vigile para asegurarse de que no me meta en líos en la ciudad.
Hace años que no veo a Alec, desde el último verano antes de irme a la universidad. Dudo que Denny se apresurara tanto a juntarnos si supiera que Alec fue el primer chico que me besó... y no es que espere que Alec lo recuerde.
Cuando por fin nos encontramos, hay algo en su forma de mirarme que me dice que ya no me ve como la hermana pequeña de su mejor amigo, pero tarda en hacer algún movimiento. ¿La tensión entre nosotros está en mi cabeza? ¿O un beso cambiará nuestras vidas para siempre?
Creía que lo sabía todo. Pero está a punto de mostrarme mucho más.
Siempre he sentido una conexión con mi tía cuatro veces bisabuela, Clara Bishop. Durante años he investigado todos los aspectos de su vida como mujer de frontera ferozmente independiente a través de sus notables diarios.
Cuando planeo visitar su antigua granja, me emparejan con un guardabosques gruñón que preferiría estar pescando en su día libre que guiándome por la montaña.
Pero cuando nos topamos con un secreto que Clara nunca planeó compartir con el mundo, juntos profundizamos en el misterio. Es difícil no ver los paralelismos entre la vida de Clara y la mía mientras me enamoro del apuesto montañés que tengo a mi lado.
¿Podrá volver a compartirse un amor centenario en esta montaña? ¿O la historia está condenada a repetirse?
A veces hay que enfrentarse al pasado para tener una segunda oportunidad de futuro.
El plan era entrar y salir, pero sabía que volver a casa no sería fácil. Sobre todo, cuando estoy a punto de decirles a mis padres que no voy a hacer el doctorado.
Mis abuelos celebran su quincuagésimo aniversario de boda, y yo no puedo faltar a la fiesta, aunque eso signifique volver a mi ciudad natal después de haber estado fuera casi una década.
No tenía pensado encontrarme con mi ex, pero cuando lo veo en la ciudad, viejos sentimientos que creía haber enterrado hace tiempo vuelven a aflorar.
Lástima que no nos separáramos en buenos términos, y no hace más que mostrarse frío y gruñón conmigo desde el momento en que nuestros caminos se cruzan.
Debería hacer lo que he venido a hacer e irme, pero cuando me veo obligada a mirar al pasado, me doy cuenta de que esta vez podría ser la oportunidad de hacer las cosas de otra manera.
¿Podré encontrar el valor para enfrentarme a mis padres y admitir que la vida que planearon para mí no es lo que quiero? ¿Y me dará mi primer amor una segunda oportunidad de futuro?
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