Un licántropo que no puede cambiar no le sirve a nadie.
Mi misión es ser útil a mi manada. Como ejecutora de la manada, soy rápida y fuerte, pero cuando llega el momento de vincularme con mi pareja, no es suficiente.
El rechazo significa la condición de lobo solitario y el aislamiento de la manada. Pero cuando llega una carta con una herencia inesperada, la manada que quiere evitarme, de repente tiene un nuevo uso para mí.
Resulta que soy la orgullosa propietaria de una casa en un territorio misterioso, donde se rumorea que es el hogar de un grupo de cambiaformas bellamente retorcidos. Hawthorne Cove es inexpugnable para los licántropos, pero no para una medio humana como yo.
Ahora tengo una segunda oportunidad de ser aceptada por mi manada.
Todo lo que tengo que hacer es infiltrarme en la manada de Hawthorne, encontrar la fuente de su poder y robarlo.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
Porque una vez que pase los límites místicos que rodean la ciudad, estaré absoluta y totalmente a merced de los lobos de Hawthorne Cove.
Una marca, un llamado y un destino que no vi venir.
Pensé que sobrevivir a la ira del alfa de Hawthorne pondría fin a mis pruebas.
Me equivoqué.
He sido marcada, marcada por fuerzas místicas, y sin tener ni idea de lo que está a punto de suceder, voy a ciegas.
Todo lo que sé es que será una prueba de supervivencia. Todo lo que quiero es encontrar una salida.
Pero a medida que pasan las horas y se acerca el Llamado, me veo obligada a aceptar que quizá el destino no siempre se pueda frustrar.
A veces, las cosas que deseamos son las mismas de las que deberíamos huir.
Hay una oscuridad dentro de mí, y quiere ser conocida.
Llegué a Hawthorne con un plan que fue borrado por revelaciones que me cambiaron para siempre.
Ahora la oscuridad amenaza con reclamarme y la única forma de detenerla es descubrir quién soy realmente.
Los cambiaformas de otro mundo que me querían muerta ahora harán cualquier cosa para mantenerme a salvo, pero desafortunadamente ni siquiera mis compañeros pueden protegerme a donde voy.
A veces sobrevivir tiene un precio, y yo estoy a punto de descubrir el mío.
No me arrepiento de lo que hice. Lo volvería a hacer. ¿Pero qué pasa ahora?
La reliquia que mantiene la contaminación a raya se ha fracturado y todo es culpa mía. A medida que las fracturas crecen, es solo cuestión de tiempo antes de que la contaminación se libere.
Solo hay una solución. Encontrar al Dagda y rogarle que arregle lo que rompí.
Estoy a punto de entrar en una carrera contra el tiempo. Si fallo, el mundo tal como lo conocemos pagará el precio.
Un precio que no podemos permitirnos.
Las decisiones tienen consecuencias y las mías están a punto de morderme en el trasero.
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