Estoy perdidamente enamorada de mi mejor amigo.
Aunque no puedo precisar exactamente cuándo Reeve Lancaster se convirtió en todo mi mundo.
¿Fue cuando éramos niños pequeños, prácticamente criados juntos, después de que la madre de Reeve muriera durante el parto y su padre se desmoronara? ¿O cuando garabateé su nombre en mi diario escolar a los diez años?
¿Quizás cuando nos hicimos novios a los catorce años o cuando perdimos nuestra virginidad a los dieciséis, prometiéndonos para siempre?
Estuve allí cuando su estrella ascendió, como siempre supe que lo haría, y no había persona más orgullosa en el planeta.
Como hija única de la pareja de oro de Hollywood, he vivido mi vida en el centro de atención lo suficiente como para saber que no era lo que quería para mi futuro. Pero sacrifiqué mis propios deseos, porque la felicidad de Reeve lo significaba todo para mí. Hasta que me rompió el corazón en pedacitos, obligándome a volar por medio mundo solo para escapar del dolor desgarrador.
La oportunidad de estudiar en el Trinity College de Dublín llegó en el momento perfecto y la aproveché sin dudarlo.
Si hubiera sabido que el destino se entrometía en mi vida, tal vez habría elegido otra cosa, pero mi futuro se cimentó en el instante en que puse los ojos en él. Dillon O'Donoghue era el polo opuesto de Reeve en todos los sentidos, y quizás, por eso me sentí atraída por él. Él era la oscuridad para mi luz.
La espina en mi costado, que me irritaba con su frío desdén, su salvaje imprudencia y una ardiente rabia escondida en lo más profundo de su ser que hablaba a una parte silenciosa dentro de mí.
Sin embargo, Dillon me mostró lo que era vivir de verdad, abriendo mis ojos a un sinfín de posibilidades.
Lo que ocurrió después fue inevitable, y solo puedo culparme a mí misma. Él me advirtió, y yo sabía que mi indulto era temporal, porque solo puedo correr hasta cierto punto.
Especialmente cuando el destino aún no ha terminado de jugar conmigo.
Mi corazón y alma pertenecen para siempre a dos hombres.
Es una verdad irrefutable que nunca cambiará.
Reeve es el aire que respiro.
Dillon es el fuego que me consume.
¿Cómo espero vivir sin una parte de mi corazón?
Este es el segundo libro de dos y no puede ser leído independiente. No hay final abierto y termina con final feliz.
Los hijos pagan por los pecados de sus padres...
Bodhi y Easton Lancaster O'Donoghue han crecido al abrigo de la verdad. Hasta que ha llegado el momento de que sus padres revelen lo que ocurrió y cómo influyó en los acontecimientos que vinieron después.
Bodhi es tranquilo. Un chico inteligente e introspectivo que esconde su dolor en lo más profundo de su ser. Destrozado por la dura realidad del pasado, entra en una espiral hacia un lugar oscuro donde nadie puede llegar.
Easton ama ferozmente a su hermano y siempre ha estado a su lado. A pesar de su propio dolor y confusión, hace todo lo posible por apoyar a Bodhi, aunque parezca decidido a apartar a todo el mundo.
Vivien y Dillon sabían que este momento llegaría. Sin embargo, nada les había preparado para las enormes consecuencias. Mientras Bodhi se retira y Easton lucha, ellos se esfuerzan por mantener unida a su familia.
Antes de que la historia se repita y sufran más pérdidas devastadoras.
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