Dakota necesita un guardaespaldas y rápido. Asumiendo que alguien la está observando, acude a la policía, pero ésta no encuentra nada. Las cosas empeoran cuando contrata a un investigador privado que tampoco encuentra nada.
Dakota tiene cada vez más miedo y cuando conoce a Bane, un hombre enorme y musculoso, en la cafetería, lo único que se le ocurre es contratarlo como guardaespaldas. Necesita protección, y él parece el hombre que puede ofrecérsela. Pero Bane le da mucho más que protección. La hace sentirse amada.
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