Un beso dura un momento.
Pero mil besos pueden durar una vida.
Un niño.
Una niña.
Un vínculo que se forjó en un instante y valioso por toda una década.
Un vínculo que ni el tiempo ni la distancia pueden romper.
Un vínculo que durará para siempre.
O eso es lo que ellos creen.
Cuando Rune Kristiansen de diecisiete años de edad, regresa de su Noruega natal a la tranquila ciudad de Blossom Grove, Georgia, donde se hizo amigo de Poppy Litchfield siendo un niño, tiene una sola cosa en su mente. ¿Por qué la chica que era la mitad de su alma, que prometió esperar fielmente su regreso, lo cortó sin una palabra de explicación?
El corazón de Rune se rompió hace dos años cuando Poppy se quedó en silencio.
Cuando descubre la verdad, encuentra que el mayor corazón roto aún está por venir.
Tres años.
Doce meses.
Un dolor eterno.
Después de perder a su querida hermana hace tres años, Savannah Litchfield ha estado viviendo media vida. Ahora que tiene diecisiete años, la edad en que murió Poppy, el dolor de perderla es peor que nunca. Cuando el terapeuta de Savannah sugiere un viaje alrededor del mundo para ayudar a los adolescentes afectados por una pérdida, ella acepta a regañadientes, agarrando el diario no leído que Poppy le dejó mientras viaja.
Cael Woods está enojado. Un año después de perder a su hermano mayor, la persona que significaba mucho para él, su vida se ha convertido en un embriagador vacío de nada. Cael, que alguna vez fue el jugador de hockey más prometedor de la liga juvenil, ya no puede pisar el hielo sin quedar paralizado por los recuerdos de su hermano. Cuando sus padres lo inscriben en un viaje al extranjero para adolescentes en duelo, ninguna parte de él quiere ir, pero él sí.
Mientras Cael y Savannah se embarcan en un viaje de curación, aprenden a encontrar consuelo juntos y descubren un rayo de luz que solo el otro puede brindar. Y cuanto más caen, más sanan los fragmentos fracturados de sus corazones, pieza por pieza rota.
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