Elle, una guionista de veintisiete años, tiene la oportunidad de su vida de escribir una película de gran presupuesto ambientada en Nueva York. ¿El único problema? Lleva meses bloqueada como escritora y tiene que entregar el guion a finales de verano.
En un intento desesperado por encontrar la inspiración, Elle acaba volviendo a la ciudad a la que juró que nunca volvería, a un apartamento que nunca podría permitirse (ventanas de suelo a techo, vistas al horizonte y una nueva cafetería a la que acudir, todo incluido). Es el lugar perfecto para escribir su guion... hasta que se da cuenta de que su nuevo vecino es el «soltero multimillonario» de la tecnología Parker Warren, su rollo de hace dos años. Desde entonces, han pasado de ser amantes a enemigos.
Cuando volver a verlo se convierte en una noche entera de escritura alimentada por el odio, Elle se da cuenta de que su enemigo/musa retorcido podría ser la clave para terminar su guion... si puede soportar estar cerca de su polo opuesto. Ella escribe de forma anónima y él está en la portada de todas las revistas de negocios. Él frecuenta eventos elegantes con alfombra roja y a ella no le gusta dejar su apoyo emocional a cinco manzanas a la redonda.
Un verano. Una pared de por medio. Él necesita fingir una relación emocionante durante la complicada adquisición de su empresa. Ella necesita escribir una película basada en una lista de localizaciones de Nueva York. Ambos necesitan un descanso de sus implacables horarios y la oportunidad de redescubrir los destellos de los rascacielos, las cortezas de pizza y los encantos iluminados por el sol de la ciudad.
Los veranos siempre terminan, y este acuerdo también. Todo es fingido. Prometido.
Hasta que no lo es.
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