Él es mío... nunca lo olvides.
Milo vive en el granero, es un vaquero hecho y derecho.
Yo vivo en un castillo, pero no soy una princesa.
Cuando muere la única persona que me quiere, Milo está ahí.
A medida que crezco, ya no miro a Milo como a un hermano mayor. Lo miro como al hombre que Dios hizo solo para mí.
Con el primer atisbo de libertad de mi patética excusa de padre, imagino un futuro con Milo. Sueño con el día en que no tengamos que ocultar nuestros sentimientos.
Pero Milo tiene un secreto. No es libre.
El hombre que amo se casará con la mujer que odio.
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