Un número equivocado se supone que solo sea eso; un número equivocado.
Borrar. Y listo.
No continúas enviando mensajes. No coqueteas.
Un número equivocado no debería ser la primera persona en tu mente en la mañana, o la última en la noche… y definitivamente no deberías convencerla de comprar una cabra bebé.
Porque eso sería raro.
Cuando Zach Hastings y yo nos metemos en un lío de números equivocados, no seguimos las reglas. Seguimos enviándonos mensajes y coqueteando, porque él es perversamente divertido y perfectamente nerd y una distracción maravillosa.
No estoy buscando por amor y Zach definitivamente tenía el número equivocado.
Pero tal vez…
Tal vez es el chico correcto.
SE BUSCA COMPAÑERO DE APARTAMENTO
¿Buscando un nuevo roomie? ¡Tengo un lugar para ti! ¿Te gusta tu música a todo volumen? Tengo auriculares. ¿Disfrutas de tener invitados a altas horas de la noche? De nuevo, auriculares. ¿Quieres que alguien te ayude a pagar las facturas? ¿Lavar los platos? ¿Sacar la basura? Si me rascas la espalda, te rasco la tuya (metafóricamente, por supuesto).
Míranos, ya nos llevamos bien.
Debe poder pagar el alquiler del primer y último mes por adelantado.
Debe gustarle Breakfast & Beats.
Nada de perros.
Nada de tratar de acostarse conmigo.
Dos cuartos. Un baño.
$350/mes más electricidad.
Si estás interesado, envía un correo electrónico a necesitounrobin@gmail.com.
PD: Las fotos de penes son enviadas directamente a mi abuela. No le hagan esa mierda a ella.
“Hola, Monty. ¿Quieres ver mi pitón?”.
Así es como terminé en el baño de un bar de mala muerte con un extraño.
Yo, Monty Andrews, la chica de al lado virgen por excelencia.
Estaba tan fuera de mi elemento, pero no se podía negar nuestra atracción explosiva, ni siquiera a través de mensajes.
Comienza la Operación: Follarnos mutuamente fuera de nuestros sistemas, porque eso era todo lo que era: un asunto sin terminar.
No tenía intención de volver a caer en las sábanas con el padre soltero, tatuado, musculoso, sucio de la mejor manera una y otra vez... pero lo hice.
Todo iba muy bien, hasta que descubrimos que yo era la maestra de su hijo
Te amo, dijo él.
Para siempre, dijo él.
Resulta que mintió.
Cuando me deja en la estacada después de una mudanza a través del país, lo empujo fuera de mi vida tanto como puedo, lo que es difícil de hacer cuando el tipo que rompió tu corazón también pasa a ser el tipo más famoso de la ciudad.
Después de un año desastroso, él tiene el objetivo de rehabilitar su reputación, y resulta que yo estoy buscando una promoción en el periódico.
Entonces, llegamos a un acuerdo, y es un ganar-ganar por donde se mire.
Además, ¿qué hay de malo en algunas citas a galas benéficas de todos modos?
Es arrogante, un completo imbécil. No hay forma de que me enamore de él… otra vez.
Solía amarlo. Ahora lo odio… creo.
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