Soy el negociador. El ganador. El hombre de hielo. Nada me pone nervioso.
Hasta ahora.
Por primera vez en mi vida, estoy nervioso. Temo perder. Porque el trato que quiero hacer con esta dulce muñeca que apareció para cuidar a mi bulldog gruñón es el más importante de mi vida. En el lapso de diez minutos ella me puso la polla dura. Hizo que mi corazón cobrara vida. Hizo que mi alma tomara vuelo.
Sería el hombre más estúpido del mundo en dejarla ir. Tiene apenas dieciocho años y sé que soy demasiado mayor para ella, pero no me importa. Cuando lo sabes, lo sabes. Y hombre, lo sé. Solo que hay alguien más que quiere lo que es mío. Y al final, si no puede tenerla, se asegurará de que nadie la tenga. Pero es mi deber luchar por lo que amo, — y no lucho limpio.
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