Robada por un dragón.
Mi secuestrador es alto, moreno y extraterrestre....
Mi aburrida y predecible vida como investigadora científica se hace pedazos el día en que unos piratas sedientos de sangre atacan nuestra nave espacial. En medio de la confusión, la nave pierde el rumbo.
Nos estrellamos en un planeta que apenas puede albergar vida.
Sí... las cosas van viento en popa.
Al menos he escapado de los piratas. Pero tengo un nuevo problema. El planeta es el hogar de un hombre dragón alienígena, y tiene sus ojos puestos en mí. Ladon, es un poderoso guerrero zmaj, y me rescata del abrasador desierto.
Ladon me lleva a su guarida. Soy su tesoro. Su compañera. Le encantan mis curvas y mi suave forma humana. Me deja claro que pretende quedarse conmigo y conquistarme en todos los sentidos. En cuanto toca mi cuerpo tembloroso, no deja lugar a dudas.
Este dragón feroz y protector es mi dueño.
Varada en este loco planeta alienígena, nunca pensé que terminaría así.
Lo único que quería era encontrar a alguien a quien amar, pero el destino tenía otras ideas. Mi mejor amiga acaba con el único dragón alienígena guapo que hay, y aquí estoy yo, intentando ocultar mis celos. Nuestro pequeño grupo de supervivientes del accidente pende de un hilo, intentando sobrevivir a cada día sofocante en el que las provisiones se agotan.
Todos están recurriendo a una planta nativa llamada epis para sobrevivir, pero si tomo un poco, es como firmar una sentencia de por vida aquí. No, gracias. También significa despedirme de mis sueños de ser rescatada por un caballero de brillante armadura.
Y por si fuera poco, consigo que me secuestre otro de esos grandes e irresistibles dragones guerreros alienígenas. En serio, mi vida no puede ser más extraña.
Supongo que soy una de las últimas supervivientes de la raza humana y estoy varada en este planeta alienígena desértico. Es una mierda ser yo.
Nuestra nave se estrelló hace meses y los que quedamos luchamos por sobrevivir al calor hirviente en unas condiciones de vida bárbaras. La única razón por la que no estamos todos muertos es que una de mis amigas se quedó embarazada de un alienígena nativo y él nos deja vivir en su ciudad en ruinas. Deberíamos estar agradecidos, pero muchos humanos odian a los dragones y a las chicas que se emparejaron con ellos.
Los nativos son enormes hombres-dragón de dos metros de altura, con alas, colas y escamas. Hoscos y excesivamente protectores, ¿quién necesita eso? Yo no lo necesito.
La fiebre de los bebés extraterrestres está de moda, pero no voy a caer en el bombo. Siempre he sobrevivido estando sola y no necesito que nadie cambie eso. Intenta decírselo a Shidan, el macho alienígena más molesto y persistente. Gracias a la naturaleza primitiva del planeta destruido, no tenemos ni idea de lo que pasa cuando las cosas van mal con el embarazo de mi amiga. Estoy segura de que puedo rescatar algo de nuestra nave estrellada que nos ayude, pero para conseguirlo tendré que abandonar la protección de la ciudad y salir al calor sofocante donde todo quiere matarme.
La única forma de que sobreviva es que Shidan venga también y ha dejado claro que sólo quiere una cosa. Amor.
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