Cuando mi esposo murió, dejó atrás mi corazón roto.
También dejó otro corazón atrás: el suyo.
Sé que está mal. No debería contactar al destinatario del corazón de mi esposo. Ni siquiera espero que responda...
Pero hay una parte desesperada y retorcida de mí que espera que lo haga.
Sin nombres.
Sin datos personales.
Solo una conversación.
Lo único que me queda de mi esposo está dentro de él.
ADVERTENCIA: Este libro contiene temas pesados, como la pérdida de un ser querido y el suicidio. Por favor lea con responsabilidad.
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