Él es la mejor mala decisión que ella jamás tomará...
A la abogada de primera clase Fiona Quinn le queda un objetivo por cumplir antes de cumplir los 30: una gran boda de cuento de hadas. Todo lo que necesita es un novio. ¿Y qué si ella nunca ha estado enamorada, o incluso lujuriosa, antes? Confía en que puede resolver el problema como siempre lo hace, con hojas de cálculo y un plan de acción.
Cuando una emergencia familiar trae al chico malo Max Devlin de regreso a la ciudad, con su sonrisa arrogante, sus tatuajes y su pasión por los viajes, Fiona tiene que recordarse a sí misma que es tan inadecuado como parece. No, no sucederá, no importa cuán irresistible sea su invitación para una noche o siete entre las sábanas. Si ella no puede atarlo, metafóricamente, por supuesto, sus pantalones deben permanecer puestos.
Max no puede recordar la última vez que una mujer lo rechazó. Es un buen rato garantizado con tres orgasmos, maldita sea. ¿Y qué si no es de los que se casan? Esas palmas sudorosas que siente cuando Fiona acepta ayudarlo a salvar el club de punk rock de su padre son solo una reacción alérgica a su metódica marcha hacia el matrimonio. Antes de volver a irse, le demostrará a Fiona que la vida es más divertida cuando juegas que cuando planeas.
Nadie sale lastimado cuando todo es diversión y juegos, ¿Verdad?
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