Pesada es la cabeza que lleva la corona Bratva.
Alexander Vasiliev lleva la carga del legado de su familia y su vida debe seguir un camino singular: convertirse en su padre, rey de las cuatro células criminales de su zona.
Un Pakhan.
El jefe.
El padrino de la mafia rusa.
Gobernante feroz con un agudo sentido de los negocios y una brutalidad inquebrantable.
Su vida es un cóctel de sangre, muerte y dinero.
Pero el peso de la realeza va acompañado de ciertos placeres. Y Alexander es un Alfa con apetito.
Tiene todo lo que podría desear. Y más.
Hasta que la conoce.
Marisha Zolotov.
Está fuera de los límites.
Está casada con uno de los poderosos socios comerciales de su padre.
Está prohibida.
Pero eso no significa que Alexander acepte un no por respuesta.
Está acostumbrado a conseguir lo que quiere, y no va a dejar que su matrimonio se interponga en su camino.
Katya Vasiliev no es la típica princesa Bratva, y no necesita ser salvada.
Testaruda. Rebelde. Y con un insaciable apetito sexual. Siempre ha sido su hermano el que ha llevado el peso de la futura corona, pero Katya aún tiene su propia cruz que cargar.
Se espera que se case con un hombre rico y poderoso elegido por su padre.
Un hombre que fortalecerá el nombre de su familia.
Se espera que sea obediente, que se convierta en una esposa y madre cariñosa.
Pero Katya tiene sus propios planes.
Ver a su hermano luchar por el amor le ha dado a Katya la esperanza de que ella también puede casarse con quien quiera. Que sus deseos pueden ganar a sus deberes.
Ahora, si sólo pudiera convencer a su cuerpo de no desear al hombre que desea.
Un hombre con el que se pelea constantemente.
Un hombre que ella detesta.
Un soldado de la Bratva cuya vida gira en torno al asesinato, el caos y la locura.
Katya quiere a cualquiera menos a él.
Pero ella no puede negar la verdad. Su cuerpo sólo anhela a un hombre, y él está fuera de los límites.
Pero eso sólo hace que ella lo desee más…
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