NUESTRA AMISTAD FUE UNA HERMOSA MAGIA.
NUESTRO AMOR FUE UN CAOS VIBRANTE.
NUESTRA PERDICIÓN FUE PURA MISERIA.
Jordan King era mi mejor amigo, hasta que un momento imprudente lo arruinó todo.
Él quería que yo respondiera por lo que había hecho, pero subestimó nuestra química y el innegable deseo que acechaba bajo nuestra piel.
Todo lo que se necesitó fue un beso acalorado para despertar nuestros corazones dormidos y encender la pasión en nuestras venas.
Pero construimos nuestra relación con mentiras y la mantuvimos oculta en la oscuridad, y a la luz del día, todo se vino abajo.
ESO FUE ENTONCES...
Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero a veces nuestras cicatrices son demasiado profundas para ignorarlas.
Cuando volví a la ciudad seis años después, no fue una elección, fue una obligación.
No buscaba un romance.
No buscaba el amor.
¿Y qué si Jordan encarnaba la sofisticación sexy en un traje a medida, ...y su presencia más grande que la vida era ineludible?
Ya había roto mi vulnerable corazón, y sería una tonta si dejara que lo hiciera de nuevo.
… AHORA SOMOS NOSOTROS.
Tres simples reglas.
Dos almas rotas.
Una poderosa conexión.
Devlin King era un gruñón sexy.
Un divorciado amargado.
Y durante unos pocos meses, mi pequeño y sucio secreto.
Las reglas para nuestra relación sin ataduras eran simples:
1. Mantenerlo en secreto.
2. Mantenerlo seguro.
3. Controlar nuestras emociones.
Nunca anticipamos su oscuridad llamando a mi fragilidad, mi audacia chocando con su cinismo, o que nuestra relación hiciera saltar nuestros corazones sin vida.
Juntos, éramos locura, caos y pasión, pero creímos tontamente que terminar nuestro acuerdo no supondría ningún esfuerzo.
Que simplemente podríamos volver a ser amigos.
Que nadie saldría herido.
Pero qué equivocados estábamos…
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