—Tardaré toda la noche como mínimo —dijo—, para implantar todos mis huevos (...)
El planeta Colonia es una trampa mortal. Sólo una mínima fracción de la humanidad sobrevive al espantoso virus del rechazo.
Y entonces llegan los alienígenas.
Los Nepenthe también buscan un nuevo mundo natal, pero en cambio descubren una especie capaz de incubar sus preciados huevos: los humanos.
Las dos razas moribundas pueden llegar a un acuerdo para ayudarse mutuamente a seguir viviendo... o prepararse para la extinción.
“Necesitamos anfitriones para nuestros huevos. Anfitriones vivos”.
Una nueva y delicada alianza entre el pueblo de Ea Nir y los humanos depende de una cosa: la supervivencia.
Los Nepenthe darán cobijo y mantendrán a estos bípedos mientras ambas razas buscan un nuevo mundo natal. Los humanos, a cambio, acogerán los huevos de los Nepenthe durante su periodo de incubación.
En teoría.
Los humanos supervivientes se apiñan a bordo de la nave estelar Nepenthe. Las preguntas sin respuesta paralizan a sus capaces anfitriones:
¿Una nidada es cuántos huevos a la vez?
¿Qué significa eso de “encerrado”? ¿A dónde?
¿Acaba de decir “veneno”?
De entre los miedos de muchos, surge la curiosidad de uno.
Valiente, temeraria, o ambas cosas, Alyss quiere ser la primera.
Su primera.
Host se sumerge de nuevo en el universo Nepenthe con un médico alienígena que cambia de forma, una genetista humana ávida de descubrimientos y una maratón de oviposición. Y tentáculos. Todos ellos.
Pero no te preocupes, esto es por la ciencia.
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