Alaska
Le miento a uno de los hombres más despiadados de la ciudad.
Y me siento tan bien.
El engaño es una droga, y me estoy convirtiendo rápidamente en una adicta.
Cada vez que hablamos, Zuko no tiene ni idea de que soy yo.
La mentira sabe dulce al salir de mi boca.
No podría parar ahora, aunque quisiera, que no quiero.
Él cree que nuestras conversaciones son algo más que sexo. Se equivoca.
La intimidad que siente es pura fachada.
Hasta el día en que una encarnación de mis fantasías más oscuras entra en mi bar, y su voz inconfundible me produce un escalofrío.
Resulta que no soy yo quien tiene el control.
Pero cuando llame esta noche, y lo hará, estaré preparada...
… con una mentira.
Zuko
Mi trabajo es cazar. Deshacerme de los problemas como si nunca hubieran existido. Y soy increíblemente bueno en mi trabajo.
Es brutal y violento. Pero, de nuevo, así soy yo.
Ansío la destrucción. La muerte no es más que una consecuencia de mis oscuros afanes.
Y tampoco me quita el sueño.
Nada me molesta.
Nadie me afecta.
Excepto la zorra del cabello lila.
Cuando le revelo mi verdadero yo, se ríe, atraída por el juego que jugamos.
Guarda secretos.
Y yo lo sé todo sobre sonsacar información a la gente.
No le gustarán mis métodos.
Pero seguiré jugando a su pequeño juego hasta que decida qué hacer con ella.
No sé si está destinada a ser mi esposa...
...o mi siguiente víctima.
Nos conocimos en la boda de su ex, donde ella pronunció su palabra de seguridad en sus votos. Inmediatamente se le apretó la mandíbula y sus manos se cerraron en apretados puños.
Momentos después, le dijo que yo estaba con él. Cuando en realidad, me había colado en la boda.
Cuando intenté marcharme, me agarró del brazo y me susurró en voz baja e intimidatoria.
—¿Te cuelas en las bodas a menudo?
Sus palabras me tenían pegada al sitio.
Tardé sólo unos instantes en darme cuenta de que este hombre era peligroso. Lo único lógico que podía hacer era darle una patada donde cuenta.
Poco sabía yo que ese hombre era un cazador.
Y no tardó mucho en encontrarme...
Nos conocimos por primera vez en la preparatoria.
De adultos nos casamos. Pero todo fue falso.
La boda, nosotros, lo que él hizo por trabajo. Nada fue real.
Excepto que lo fue.
Dicen que no es más que Mayhem, pero cuando está conmigo, es mi salvación. Todo lo que necesito y más. El problema es…
Que tiene fascinación por la sangre.
No puedo manejarlo, en más de un sentido.
Siente fascinación por mí.
Lo odio, aunque tampoco puedo dejar de pensar en él.
Algunas personas no deberían estar juntas, y somos nosotros; nunca podríamos funcionar.
Pero dejarlo ir es imposible cuando el asesino en serie de mi marido está decidido a demostrar que estoy equivocada.
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