Puedo comprar la sumisión de mi secretaria o puedo conseguirla por las malas.
El accidente de auto mortal de mi ex me dejó un trágico obsequio:
Una hija de la que no sabía nada.
Soy un jefe de la mafia, un multimillonario, un coloso.
No soy una niñera.
Necesito un toque femenino para poder criar a mi hija.
Mi secretaria todavía no lo sabe, pero su vida está a punto de cambiar.
Charlotte es preciosa, intempestiva.
¿Y lo mejor de todo?
Está desesperada.
Por eso, a partir de ahora, haremos las cosas a mi manera.
Empezaremos con cinco palabras inocentes:
«Déjame ser tu dueño, preciosa».
Él me arrebató a mi esposa, yo le quitaré a su hija.
Mi enemigo acérrimo asesinó a mi mujer a sangre fría.
Llevo años guardando luto por todo lo que me quitó.
Pero ha llegado la hora de la venganza.
Su hija cree que logró escapar del oscuro mundo de su padre.
Yo vine para demostrarle a Cassandra que nunca podrá huir de mí.
La encontraré.
Me adueñaré de ella.
Y la haré mía. Solamente mía.
Cree que es mi dueña. Nunca estuvo tan equivocada.
Mi segundo al mando me vendió.
Me apuñaló por la espalda.
Me traicionó ante nuestros enemigos jurados.
Ahora soy prisionero de la mafia irlandesa.
Su jefe quiere acabar conmigo.
Pero su hija me prefiere atado.
Jamie me compra en una subasta para protagonizar su proyecto fotográfico.
“La Bestia”, me llama. Es un título apropiado.
Pero poco sabe La Bella…
Que esta bestia no puede ser enjaulada.
—¿Qué harás exactamente? —me pregunta.
Una oscura intensidad se dibuja en mis ojos. —Lo que yo quiera.
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