No hay bien ni mal, sólo ella.
Cuando veo a Remedy por primera vez, sé que es mía. La acecho durante meses, aprendiendo sus deseos y secretos, hasta que sé exactamente lo que anhela.
Necesita que le arranquen el placer del alma como si ya no le perteneciera.
La única forma de apartarla de mi mente es quitarle su vida, pero sé que ella me está quitando la mía, aliento por aliento.
Pero no me importa.
Voy a darle a Remedy exactamente lo que necesita, y mataré a cualquiera que se interponga en mi camino.
Un día, Remedy se arrastrará, ofreciéndome todo, incluso su vida.
Pero mi mayor error será ofrecerle mi amor.
Porque si esto es amor, nos matará.
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