Jillian Nejat es la única experta en citas y relaciones del planeta que es incapaz de hablar con hombres. Si viven, si respiran, se acabó el juego.
Con su cuenta bancaria en cero, su carrera profesional en la ruina y su vida sentimental en un bache de diez años, se muda a un apartamento diminuto y barato en Nueva York.
Por desgracia, el apartamento ya está ocupado.
Daniel (sin apellido) es un rompecorazones sexy, descamisado y musculoso que también está... muerto.
No está vivo. No respira. Es un fantasma. También es el único hombre del planeta con el que Jillian puede hablar.
Pronto, Daniel está convencido de que es su misión después de la vida para resucitar la vida amorosa de Jillian. Sabe que si la ayuda a enamorarse, podrá seguir adelante. Jillian está de acuerdo. Lo último que necesita es un fantasma Lothario rondando su sala de estar.
Pero entonces, una cita de práctica lleva a otra, una confesión lleva a más, y de repente Jillian teme estar enamorándose del único hombre que nunca podrá tener.
Para Serena Otaki, californiana de espíritu libre, la vida es sencilla. Le encanta romper átomos en el Gran Colisionador de Hadrones, cerca de Ginebra (Suiza). Le encanta Star Trek, el tofu picante y su gato, el Capitán Purrk. Le encanta su desordenado apartamento, su caótica forma de organizar y estar permanentemente y felizmente soltera.
La vida es perfecta. Tiene un amor verdadero: la física.
Amar a un hombre no está en su futuro.
Para Henry Joule, un británico estirado, la vida es sencilla. Le encanta hacer agujeros negros analógicos, beber té bien caliente y organizar su bandeja de lápices. Adora a su familia, la carne roja y limpiar obsesivamente su impoluto apartamento.
La vida es perfecta. Tiene muchos amores: la física, la familia y los amigos. Está impaciente por encontrar a la mujer de sus sueños.
El amor y el matrimonio están en su futuro.
Una noche perfecta, Serena y Henry se conocen. Saltan chispas, las partículas chocan, el universo se detiene y...
Fue un error.
Son demasiado diferentes.
No funcionará.
El amor no está en su futuro.
Hasta que una tormenta eléctrica provoca un suceso inesperado en el colisionador de partículas y, de repente, han cambiado.
Serena está en el cuerpo de Henry.
Henry está en el cuerpo de Serena.
Y tanto la vida como el amor son de repente muy, muy complicados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario