El amor es barato. El amor es cruel. El amor no puede salvarnos.
Victor Lang lo tenía todo: belleza, dinero, fama. La oportunidad de convertirse en el mejor nadador de la historia. Hasta que un control antidopaje fallido lo destruyó.
Según los rumores, se convirtió en un recluso, un drogadicto, una puta. Roto sin posibilidad de reparación. Incapaz de amar.
Y por alguna razón, ha puesto sus ojos en mí.
Un extraño accidente en su piscina me lanza a un mundo de riqueza y estatus y de personas dispuestas a todo para conseguir lo que quieren. Antes de saberlo, me pagan para volar a Italia y hacerme pasar por su novio. Atrapado a su lado, aprendo lo que significa odiar de verdad a alguien.
Resulta que eso es exactamente lo que quiere.
No puedo salvarlo, y no puedo amarlo. Pero a medida que las cosas se desmoronan y descubro las verdades que oculta, aprendo que el odio puede ser más grande que el amor: una obsesión, una plegaria, días oscuros y noches más oscuras, una necesidad de ser el único que le haga daño. El odio puede curar las peores heridas que deja el amor.
Pero yo tengo mis propios problemas, un espíritu roto y seres queridos a los que proteger. Y tengo miedo de enfrentarme a las cosas que él está despertando dentro de mí.
No puedes volar sin caerte, así que cierra los ojos y déjate llevar.
La gente me pregunta si soy humano. Si tengo sentimientos. Si alguna vez he amado a alguien. Soy el abogado que nunca ha perdido un caso porque no tengo nada más por lo que vivir.
Hasta Jonah.
Él es todo lo contrario a mí: un chico temerario doce años más joven que yo, hecho de sol y sonrisas malvadas, puro e impresionante.
Todo empieza con un secreto.
Quiere descubrir si es bisexual, y me ruega que le enseñe porque nunca volveremos a vernos.
Hasta que aparece en mi puerta sin tener adónde ir. No puedo trazar líneas más rápido de lo que las desdibujamos. Él es la fuerza imparable; yo, el objeto inamovible. Cuando chocamos, las cosas se ponen sucias. Complicadas. Más hermosas de lo que jamás hubiera imaginado.
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