Siete amigos.
Un último fin de semana.
Una mansión medio en ruinas.
No hay lugar para las mentiras.
Alguien va a confesar.
Porque deberían haber sido ocho...
Se conocieron cuando eran adolescentes. Ahora son adultos, y el tiempo ha sido benévolo con algunos y cruel con otros, con ninguno más que con Bea, a la que perdieron hace nueve largos años.
Se han reunido en la finca de la familia de Bea, una gloriosa mansión sacada directamente de una novela gótica. Mejores amigos, antiguos amores, enemigos secretos y nuevos amantes de reúnen bajo un mismo techo. Pero cuando el tiempo cambia y se quedan atrapados por la nieve al borde de la eternidad, ya no tienen dónde esconderse de su historia en común.
A medida que los muros se cierran, la pretensión de normalidad da paso a un dolor, una amargura y una rabia enterrados desde hace mucho tiempo. En el fondo, existe la persistente sensación de que la espantosa muerte de Bea no fue lo que se decía que era. Y antes de que acabe el fin de semana, la verdad saldrá a la luz. Cueste lo que cueste….
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