Estoy falsamente prometida con el jefe de la Bratva Zarkov, ¿qué podría salir mal?
Lev Zarkov es un monstruo en la vida real.
No, rectifico, realmente es el diablo.
Excepto que, cuando le conocí por primera vez, era simplemente el misterioso y apuesto hombre viajando a mi lado en primera clase, rumbo a Nueva York.
Y tras haber sido abandonada en el altar por el pringado de mi prometido, desvanecido en el aire la mañana de nuestra boda, cuando la cosa se vuelve más coqueta entre el misterioso desconocido y yo, pienso ¿por qué no? Seguro que me merezco una noche olvidable, quiero decir, ¿qué hay de malo en un poco de indulgencia, ¿verdad?
Te diré exactamente dónde está el inconveniente.
Resulta que mi ligue de una noche no solo es el jefe de la Bratva Zarkov, sino también un multimillonario acostumbrado a conseguir lo que quiere... y lo que quiere es a mí con su anillo en mi dedo.
Apareceré en público como su falsa prometida y, a cambio, el fracasado de mi ex podrá mantener sus sesos dentro de su cabeza.
Todos mis instintos me dicen que no quiero hacer esto.
Pero no estoy preparada para lo persuasivo que puede llegar a ser...
Me secuestró como garantía para garantizar que mi ex prometido cumpliera el trato que habían hecho.
Pero desde entonces, Lev Zarkov se ha convertido en mucho más que el demonio que yo creí que era.
Y ahora su bebé crece en mi vientre.
No quiero dejarlo, pero después de una devastadora noche que hizo saltar por los aires nuestra vida, sé que tengo que pensar en mi bebé.
Me digo a mí misma que dejarlo es lo correcto. Pero despertar sin Lev en mitad de la noche es puro veneno nocturno.
Echo de menos su toque. Su aroma. La forma cálida y reconfortante en que me estrechaba entre sus brazos y me hacía saber lo mucho que me quería.
Pero ese no es el hombre que viene en mi busca.
Está furioso. Es temible. Está herido.
Y ahora que me ha encontrado, va a hacerme pagar por haberle roto el corazón.
Pero hay un peligro acechando en las sombras.
Y tendremos que dejar a un lado nuestras diferencias el tiempo suficiente para luchar contra la invisible amenaza que podría destruirlo todo.
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