Odio a mi jefe. Cuando Ryan, el hombre sexista vivo, me ofrece la oportunidad de decirle a dicho jefe, toma este trabajo y métetelo. ¿Cómo podría decir que no? Especialmente después de la forma traviesa en que sus ojos me recorrieron. El precio: un fin de semana con Ryan mandando.
¿Qué podría salir mal?
Acabo cambiando un jefe arrogante por uno salvaje.
Si Ryan cree que puede mandarme, tiene otra cosa que hacer. O tal vez lo haga yo.
Necesitando escapar de mis millones de problemas, mi mejor amiga y yo acabamos en la fiesta del año.
Lo mejor es el chico sexy con el que acabé esa noche.
Excepto que hay un problema gigantesco.
Dicho chico sexy es el jefe de mi mejor amiga y ella lo desprecia, por decirlo suavemente.
No solo eso, me ofrece algo que no puedo rechazar.
Pero ahora me está mandando, tratando de controlar todos mis movimientos.
Este acuerdo nuestro puede ser un gran error.
Hasta que se confirme mi peor temor.
Ahora puede que no tenga otra opción que ser suya para siempre.
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