La escena de Hollywood siempre le ha sentado a Tennyson Wright como un suéter demasiado ajustado. Como un director muy respetado, ha logrado evitar los juegos y el poder de Tinseltown.
Hasta ahora.
Para ganar más publicidad para la película que está filmando, el estudio ha decidido que e necesario un romance de relaciones públicas, y pronto Tennyson se encuentra en el centro de atención con una de las actrices en el set.
Rica, mimada, mucho más joven, la princesa fiestera Sophie Pierce.
Sophie, famosa por ser infame, consiguió su papel en la película grias a su padre, el presidente del estudio.
Pero hay más en ella que noches salvajes y fotos sensacionalistas borracha y está ansiosa por demostrarlo.
Bajo el ala protectora de Tennyson, comienza a navegar por el territorio desconocido de la adultez responsable y da los primeros pasos hacia una fama legítima y duradera basada en su talento, no en su reputación.
Pero para que Sophie realmente se eleve por sí misma, tendrá que deshacerse de cada parte de su vida.
La libertad tiene un precio.
Sophie Pierce se ha despojado de cada parte de su antigua vida.
Se despidió de su padre, de los amigos con los que alguna vez salió de fiesta e incluso del hombre por el que pudo haber perdido su corazón.
Ahora es el momento de que ella extienda sus alas y se convierta en la persona que quiere ser y está lista para trabajar por ello. Pero al igual que los paparazzi que ha llegado a despreciar, el pasado la sorprenderá.
Es solo cuestión de meses antes de que se entere de que su última noche en Vancouver no fue el final en absoluto.
Fue el comienzo.
Cuando Tennyson Wright dejó ir a Sophie, supo que algo tenía que cambiar.
Había perdido de vista quién era y la llamada de atención no fue agradable.
Decidido a tomar una página del libro de Sophie, comienza un viaje de autodescubrimiento, pero todo se detiene cuando se entera a través de los tabloides que la chica en la que no puede dejar de pensar está embarazada.
Su relación romántica puede haber terminado, pero pronto sus responsabilidades de paternidad compartida los unen para jugar el juego de Hollywood según sus propias reglas.
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