Jason Thorn… El amigo de la infancia de mi hermano…
Estaba totalmente colada por ese chico. Fue el primero que me hizo ponerme colorada, mi primer flechazo oficial. Suena maravillosamente, ¿verdad? Esas burbujas en tu interior, esas mariposas que sientes por primera vez… Él era la razón de todo ello. Pero solo logras vivir en ese mágico cuento de hadas hasta que alguien rompe tus sueños y, de paso, te pisotea el corazón. Alguien. Él. Me lo partió en mil pedazos.
Después de lo del corazón pisoteado, Jason se convirtió en ese chico del que quise mantenerme alejada a toda costa. Pero una terrible tragedia golpeó a su familia y tuvieron que mudarse, con lo que me dispuse a olvidarme de él para siempre.
Ahora es una estrella de cine, de esas que hacen que las mujeres de todas las edades se vuelvan locas; de esas por cuya sonrisa con hoyuelos todas se desmayan.
¿Y yo? Yo soy Olive, una joven escritora novata. En realidad, soy la escritora del libro en el que se basa la próxima película que Jason va a protagonizar. Y solo vislumbro problemas, la verdad…, otra vez.
Entonces podrías preguntarte, ¿quién es Adam Connor? Es el actor recientemente divorciado, ganador del premio de la academia que acaba de mudarse al lado con su hijo. También sucede que es un exquisito espécimen masculino y el bastardo pícaro más frustrante con quien me he cruzado en mi vida.
Seamos honestos aquí, ¿no querrías asomarme por el muro para captar un vistazo de él, con la esperanza de que esté desnudo? ¿No te derretirías después de verlo ejercitarse mientras su hijo de cinco años lo alentaba? ¿Siquiera debo mencionar esos abdominales, el bulto en sus pantalones, o esos brazos porno? Oh, espera, ¿nunca lo espiarías? Claro…
Mientras que estaba siendo considerada al no irrumpir y entrar, y estaba de verdad considerando ir para ofrecerle un hombro; o tal vez un pecho o dos; para llorar (ya sabes, por su divorcio), en cambio me arrojó a la cárcel después de un pequeño incidente. ¡A la cárcel, gente! Se suponía que él iba a garantizarme incontables orgasmos como agradecimiento, no una celda en prisión.
Después de ese día, estaban planeando mentalmente formas de estrangularlo en lugar de saltarle encima y hacer el dulce amor. ¿Y qué si mi cuerpo hacia más que estremecerse cuando me susurraba cosas sucias al oído? No puedo ser responsable de eso. ¿Y cuándo fue la última vez que él besó a alguien de todos modos? ¿Quién disfrutaría un beso con parte de ataque cardíaco?
Incluso si él y su hijo eran las mejores cosas desde el pan tajado; y no estoy diciendo que lo fueran; no podía enamorarme de él. Sin importar que promesas susurrara en mi piel, mi maldición no nos dejaría ser. No era una damisela en peligro; podía salvarme por mi cuenta, muchas gracias; pero en el fondo, todavía esperaba que Adam Connor fuera el héroe de mi historia
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